jueves, 5 de octubre de 2023

CRISTINA

 Algo más de un año que no me asomo a este blog.

No sé muy bien porque: tal vez, por comodidad.

O quizá por el vértigo que da que alguien lo pueda leer  y entre en este sitio tan íntimo como es nuestro interior, nuestros pensamientos, nuestros proyectos, nuestras alegrías y nuestros pesares.

Porque qué duda cabe, que cuando escribimos, siempre dejamos en lo escrito, parte de nosotros.

Cuando hablamos, también, pero eso parece que tiene menos trascendencia.

Pero hoy, me apetece hacerlo. Y me apetece, porque no todos los días pasan cosas escepcionales, aunque todos lo sean.

Cuando eran las once de la mañana y yo me encontraba  haciendo el paseo diario que suelo hacer, recibí una llamada de una amiga en la cual me decía que si tenía un momento, pasara a verla para charlar un rato.

Me sorprendió porque no es persona que cuando cumple con sus obligaciones pierda el tiempo en otra cosa: ella me tranquilizó y me dijo que no era importante y que pasara cuando  pudiera.

Así lo hice y la sorpresa fué mayúscula cuando me enteré de lo que realmente era.

Antes de seguir con el relato, quiero explicar lo que para mí  son los sanitarios. El médico de familia y la enfermera que se ocupa y preocupa de nuestra salud como si la suya propia fuera.

Ellos y ellas son los que más saben de nuestra vida y nuestra salud; ellas y ellos, son esas personas a las que acudes para que te solucionen esos problemas que tienes.

La tensión, la diabetes, el peso, el colesterol, la artrosis, etc

Pero aunque todos pensamos que nos solucionan eso(que también) lo que realmente hacen es escucharnos, aconsejarnos, apoyarnos y sobre todo, hacernos sentir mejor.

Por eso y aunque a veces no nos damos cuenta, hacen mucho más que una receta.

Así que hoy esa amiga de la que hablo al principio, quería decirme que se iba, que de momento y después de veintiseis años se marchaba para dar clases de enfermería en la Universidad.

Cristina que así se llama mi amiga, también es mi enfermera y ahora va a ser la profesora  de l@s nuev@s sanitarios.

No me cabe la menor duda de la capacidad profesional que tiene, de que va a poner a disposición del alumnado todos sus conocimientos, pero también les va transmitir el conocimiento emocional, la empatía y el ejercicio de la profesión, como ella lo hace.

Por eso querida CRIS, te deseo lo mejor en esta nueva etapa de tu vida.

Otra oportunidad más, para demostrar tu valía y tu generosidad.

GRACIAS