También habla de que si bien es muy duro enterrarlos,también lo es el ir desaciendose poco a poco de sus cosas.
En mi caso,no eran solo botones,que también.
Había retales,cremalleras,fotos,recordatorios de comunión y de defunción,recortes de periódico,y todo aquello que se fue acumulando durante una vida.
Ellos y ellas vivieron una vida de miseria y necesidades;vivieron guardando aquello que consideraban necesario para otra ocasión y guardaron con recelo por un por si acaso,todo lo que iba cayendo en sus manos.
Cuando ya nos hacemos mayores y nuestra mente va dejando de funcionar al 100%,somos incapaces de descifrar hasta donde podemos reservar cosas y acumulamos todo aquello que un día nos fue útil y pensamos que tal vez,nos haga falta de nuevo.
Eso pasa y nadie sabe porque.
Ayer hicemos la misa de aniversario de nuestra madre y han vuelto a surgir los recuerdos con mas intensidad;todo aquello que dejó y de una forma u otra está presente,habla de ella y de su forma de ser y vivir.
De todos los recuerdos o pertenencias,siempre nos quedamos con lo mas significativo o quizá lo que creemos que mas nos hace sentir mejor,un anillo,un pañuelo,un paraguas,unas toallas o cualquier otra cosa.
Pero curiosamente,no se hace uso de ello y lo guardamos en un cajón,esperando quizá ese momento de sacarlo,de usarlo,de enseñarlo,momento que muy pocas veces llega y que se quedará a engrosar los recuerdos que nuestros hijos vayan a tener de nuestra vida.
Luego que harán?
No lo se.Quizá sean muchos recuerdos juntos,o quizá ellos hagan lo mismo que hacemos nosotros.
Es una cadena y a pesar que sabemos que esto es así,que ninguno somos inmortales,que llegará nuestro momento,ese que solo seamos un recuerdo,seguimos aferrándonos a esos botones,esas fotos y eso que junto con el recuerdo de nuestra gente,va formando parte de nuestra historia.
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