Si fuéramos hacer balance de lo vivido en estas semanas,nos quedaríamos sorprendidos de el trabajo realizado,de las comidas,cenas y reuniones familiares:del gasto que hemos hecho para los regalos de todas estas fechas.
Hay que recordar a Papá Noel,Los Magos de Oriente,los detalles a los amigos,los gastos de Fin de Año,etc.
Las compras en general y como nos dejamos llevar por todo lo que significan estos días.
Aunque para unos más que para otros,quien más,quien menos,entramos en la vorágine del festejo y alternar un poco o un mucho.
En nuestra casa,no somos de mucho festejar,pero siempre se hacen extraordinarios;se compran cosas para los mas pequeños,se festeja con y por ellos y de paso,nos divertimos todos.
Hoy,con el fin de fiesta,nos reunimos en torno a los regalos de los peques.
Aunque no eran cosas muy sofisticadas y si para poder jugar,entretenerse y pensar en como se puede jugar manualmente,incluso ahora que estamos en la época de la pantalla,los niños ya valoran más la cantidad de paquetes,que lo que llevan dentro.
Es como si cuando el miércoles se junten con el resto de sus compañeros y compañeras del cole,tuvieran que hacer una competición de cuantos regalos han recibido durante estas fiestas.
Luego,seguro que disfrutan mas de unos que de otros,pero en principio,solo les interesa la cantidad.
Ayer,mientras esperábamos la cabalgata y con el nerviosismo propio del momento,me decía un pequeño de los que allí se encontraba con sus padres,me decía lo que les pedía.
Pero lo primero que me dijo,es que eran 11 regalos.Luego ya me fue descifrando cada cual.
El pequeño no tendría mas de cuatro años,pero ya tenia muy claro que quería los once.
Seguro que se los traerían y seguro que disfrutaría de ellos también.
Bueno,los regalos nos gustan a todos.Pero yo creo que si recibo tantos a la vez,no sabría que hacer con ellos.Falta de costumbre,claro
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