sábado, 4 de noviembre de 2017

el café y el chocolate,que de todo hubo

No seríamos mas de dieciséis o diecisiete;cada uno,tiene sus responsabilidades y no siempre es fácil acudir aquello que queríamos .

Pero no por eso deslució nada la reunión.

Por muchos años que pasen,por muchas cosas que vivas,por mucho que creas que lo sabes casi todo,nada es lo que parece.

A veces pensamos que no nos echamos en falta,que cada cual tiene su vida y sus preocupaciones y que por mucho que nos esforcemos,no seremos capaces de conectar con esas personas que ya hace fechas que no vemos.

Pues oye mira,no;no es así ni por asomo.

Cuando se dice que la sangre llama,es verdad.Porque por mucho tiempo que pase,por muy poca relación que tengamos,por mucho que cada cual esté a lo suyo,cuando nos juntamos es como si se llenara el espacio de recuerdos,de confidencias, de cariño,de ganas de que no pase el tiempo y sobre todo,de entender que con el paso de los años,todas y todos vamos viviendo lo mismo o cosas muy parecidas;buenas y menos buenas,pero en la misma sintonía.

Quizá en estas reuniones,nos demos cuenta de lo cerca que estamos,aunque nos separen unos kms.

Tal vez,hablando y valorando realidades vividas,empecemos a entender,que ya estamos llegando a una etapa de nuestra vida,distinta a la que hemos vivido y que ahora tenemos que aprender a vivir la que nos toca.

Quizá estos encuentros nos ayuden a mejorar,a disfrutar los buenos momentos,a entender la brevedad de la vida y a integrarnos sin dramatismos en lo que llegando y que no tiene retorno.

Decir que he pasado una tarde muy agradable,que me gustó mucho encontrarme con mi familia y aunque no estuvieron todos,los que allí estuvimos,logramos que el espacio estuviera pleno de convivencia y satisfacción.Son momentos,para vivirlos y sobre todo,disfrutarlos;esto ya pertenece a nuestros recuerdos y nuestra historia.

Gracias primo/as

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