Se habla todos los días en los medios de comunicación de este problema,de la diferencia salarial,de las oportunidades o no que podemos tener y de cosas que a veces a mi me resultan vacías de tanto escucharlas no ver que se solucionan.
Muchas veces decimos que como se puede aguantar a una persona que te maltrata,que te desprecia,que te ningunea y que luego te exige que seas condescendiente con ella y la aprecies,respetes y protejas como si no pasara nada.
Porque además de las palizas y los asesinatos,hay un maltrato continuado en muchos hogares,que no trasciende;y no trasciende,porque quien maltrata,procura hacerlo dentro del hogar y sin testigos.
Se preocupa,de descalificar,de acosar,manipular y sobre todo,apartar a la víctima de sus familiares y amigos para que poco a poco,se quede sin recursos para defenderse y sin autoestima.
Porque los maltratadores sicológicos,son encantadores fuera y son crueles en casa;porque salen con la víctima cogida del brazo y se van a hacer la compra,pero nadie sabe que eso es otra manera de control.
Y las personas que se encuentran en esta situación,que pueden hacer?
Como pueden demostrar que se les está machacando y acabando con su dignidad,dia a dia?
Es muy difícil,pues hasta la misma familia y amigos,no pueden dar crédito a esto pues el maltratador ya se esfuerza cara al público en ponerle una sonrisa y tratarla bien.Así que es muy difícil poder sacar esto a la luz y menos cuando ya no eres ni tan siquiera persona,pues ya no te queda ni dignidad.
Afortunadamente,no todos los hombres actúan así,pero todavía quedan residuos de un machismo rancio que echa a perder a muchas familias.
Aquí voy a aclarar,que también hay hombres maltratados sicológicamente y que incluso después de haberse separado,siguen sufriendo la prepotencia de la mujer que un día dijo que les amó.
Como en todo,hay variedad.
Yo crecí en una época,en la que no teníamos derechos;pero si obligaciones.
Cuando se contraía matrimonio,tus familiares te decían que tenías unas obligaciones conyugales que tenías que cumplir;es decir,que si a tu cuerpo no le apetecía sandungueo,no importaba.Pero si había que cumplir con el marido si el quería.
Claro,asi que quienes no aceptabábamos eso,ya no éramos buenas esposas.
Si tenías que tomar una decisión personal sobre tu cuerpo,tenía que ser con el permiso de él.
Pero nunca nos dimos cuenta,de que eso era una forma de maltrato y discriminación;no sabíamos que éramos personas y que teníamos derechos.
Nos habían enseñado a estar al servicio de los demás.Así que los demás,ya sabían que eran ellos quienes decidían y así fue pasando la vida.
Si se miran los anuncios de la época,veremos a mujeres solícitas,poniendo a su marido las zapatillas y una copa de su licor preferido mientras ella acaba de hacer la cena.
Yo recuerdo ahora a una vecina que aún está,cuando yo empecé a participar de actividades extrahogareñas ,ella me decía que lo que tenía que hacer era tenerle siempre la ropa limpia y la casa también,además de la comida en su punto y así no me podría decir nada por perder un par de horas en actividades de entretenimiento o cualquier otra actividad.
Esta señora era de las modernas.
Por eso yo he educado a mis hijos en la igualdad. Y estoy muy orgullosa de haberlo hecho y de los resultados.
Los he educado en el respeto y saben desde muy pequeños que tienen derechos y obligaciones.
A veces pienso,que quizá haya alguna persona que no estuvo a la altura,pero sigo estando muy orgullosa porque ellos siempre están.
Porque este mundo no tienen que ser ni de los hombres,ni de las mujeres.
Este mundo tienen que ser de todos.Es decir,de las personas
Y estar alerta a los comentarios de mal gusto, que a veces se oyen en la calle,en las reuniones,o en cualquier otro sitio.
No reir las gracietas de quienes son tan pequeños,que tienen que pisar a los demás para que se les vea.
La sociedad tiene el papel mas importante en que esto vaya cambiando;nadie es mas que nadie y esto ya lo hay que explicar en los hogares,en los colegios y en todos aquellos sitios donde haya quien falte al respeto.
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